El Hifepopotamo de Bellatrix 5, también llamado Hifepopotamo de Orionis debido a su fama en toda la constelación, es un gran bicho hermafrodita, cuadrúpedo, muy solitario, difícilmente clasificable que fundamentalmente y irremediablemente, come lo que no debería. Se parece bastante al hipopótamo de la tierra pero con costumbres algo mas repugnantes.
Se desplaza arrastrándose habitualmente sobre su una enorme barriga, impulsándose con sus cuatro patas palmeadas y orientándose con su cola a modo de timón. El Hife, como le gusta ser llamado, dispone de dos estómagos uterinos que recorren cada lado su abultado abdomen. Estos, además de los alimentos ingeridos, almacenan un gas que los mantiene a flote y que desgraciadamente expulsan por salvas consistentes a lo largo del día y de la noche lo que no permite a sus vecinos descansar en paz.
A lo largo de los milenios la capa resultante de sus deyecciones alcanza una espesor que nadie gustaría imaginar. El pobre planeta prácticamente llano, que con retintín, un gracioso llamo: Bellatrix 5, se asemeja a una descomunal y descuidada pocilga.
Volviendo a los estomaguterinos, como habrás adivinados, además de cumplir con la función digestiva también son bolsas de gestación.
Cuando por descuido dos hifepopotamos se encuentran cara a cara, el desagradable encuentro provoca que sus estómagos, en los cuales bucean juntos espermatozoides y óvulos que no pueden fecundarse mutuamente por tener los mismos genes, vomitan parte de su contenido a la cara de su semejante quien, teniendo la boca abierta y con sus propios reflujos, no puede evitar ingerir la mixtura de su "pareja" en el mismo momento que expulsan la suya propia en la boca del otro.
Asqueados por el encuentro, se separan a la mayor velocidad a la que sus patoros palmeados permiten, pero nada impedirá que se cumpla el admirable milagro de la naturaleza.
A las venticuatro horas, cada uno dará a luz a una criatura totalmente constituida, con estómagos llenos de la papilla y gases parentales, por lo que cuando salgan disparado en una de esas habituales salvas, flotarán sin peligro en la inmundicias. La impetuosas y tempestuosas salvas darán el impulso necesario para que cada hermano se quite de en medio con celeridad, sin echar la mirada atrás, lo que los progenitores también agradecen.
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Se desplaza arrastrándose habitualmente sobre su una enorme barriga, impulsándose con sus cuatro patas palmeadas y orientándose con su cola a modo de timón. El Hife, como le gusta ser llamado, dispone de dos estómagos uterinos que recorren cada lado su abultado abdomen. Estos, además de los alimentos ingeridos, almacenan un gas que los mantiene a flote y que desgraciadamente expulsan por salvas consistentes a lo largo del día y de la noche lo que no permite a sus vecinos descansar en paz.
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